Padre Nieto (sentencias #36)

(Borrador de carta): La cruz es todo lo que al cuerpo o a nuestra alma es molesto; es una señal de cómo la enfermedad es un medio de asemejarnos más a Cristo y cooperar con El en la redención de las almas, y por eso decimos que es una señal de predilección, de amor de Dios; por eso los santos amaban y deseaban la cruz, porque molesta, no nos gusta sensiblemente, pero nos asemeja a Cristo y nos une a El, si la llevamos con paciencia y con y por amor de Dios; la amamos también, porque con ella cooperamos con El a la salvación de las almas y nuestra santificación. Es decir, que en la cruz hay dolor, y por eso la huimos; creemos que el dolor es un castigo; si es cierto que Dios, al pecar nuestros primeros padres Adán y Eva, les castigó con el dolor, pero Jesucristo, al hacerse hombre para redimirnos...

"¿Por qué sufro?", se pregunta el alma que padece o sufre. Le parece a muchas almas que el dolor inutiliza y no nos trae ningún bien, sino que nos hace sufrir e inutiliza y hacemos sufrir a los que nos rodean. Entonces, ¿por qué sufro? La respuesta satisfactoria sólo puede darla Jesús desde la cruz. En El hay que buscar la clave del dolor en esta vida. Todos los problemas que nacen del dolor en esta vida se resuelven únicamente en la visión confiada y creyente de la cruz de Cristo, dice el papa Pablo VI. "En Cristo y por Cristo se ilumina el enigma del dolor que, fuera del Evangelio, nos aplasta".

padre Manuel García Nieto S.J.