La figura de la Madre de Dios nos muestra claramente cuáles son las actitudes del ánimo de la mujer que corresponden a su vocación natural. Respecto al hombre: obediencia, confianza y participación en su vida que favorezca sus compromisos y objetivos y el desarrollo de su personalidad. Respecto al niño: protección fiel, cuidado y educación de los talentos que Dios le ha concedido. Y respecto a uno y otro: entrega total de sí y prontitud para retirarse en silencio cuando ya no hay necesidad de ella.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.