Parece que ese amor que disminuye al tener que amar con más fuerza a la familia que forma cada uno, en nosotros aumenta al acercarnos a la visión y posesión de nuestro Padre Celestial; allí sera la primera reunión de todos nuestros hermanos con nuestros queridísimos padres, que en la tierra no quiso El la tuviéramos, para que fuera aquella mayor y más feliz y eterna. Aun los cuatro que dejó Dios acá para su gloria, jamás estuvimos todos en una reunión de familia con nuestros padres. Pronto nos veremos todos allá.
padre Manuel García Nieto S.J.
Nota: Esta carta va dirigida al hermano mayor del Siervo de Dios. De los nueve hermanos que fueron, cinco fallecieron de corta edad.