Padre Nieto (sentencias #58)

Que tus ojos miren con frecuencia el Crucifijo y a la Madre del cielo, para que su mirada desprenda tu corazón de la tierra y le eleve al cielo. "¡Qué fea me parece la tierra, - decía San Ignacio -, cuando miro al cielo!".

padre Manuel García Nieto S.J.

Nota: Los editores no encontraron esta expresión en boca de San Ignacio, aunque sí consta la costumbre de San Ignacio de elevarse a la contemplación de Dios por medio de la contemplación del cielo, tanto en la primera parte de su vida de convertido, como en su madurez espiritual. En Loyola "la mayor consolación que recibía era mirar el cielo y las estrellas, lo cual hacía muchas veces y por mucho espacio..." (Monumenta Ignatiana, series 4ª, I, pág. 43). En Roma, "subíase a un terrado o azotea de donde se descubría el cielo libremente - es decir: donde se podía ver ampliamente el cielo -; allí se ponía en pie, quitado su bonete, y sin moverse estaba un rato, fijos los ojos en el cielo..." (Fontes Narrativi de S. Ignatio, IV, pág. 747; cf. FN III, 218, 438). Puede que el padre Manuel se refiera a ello, o haya consultado otras fuentes, o se haya querido referir a algún otro santo. En cualquier caso el fondo de la cuestión está bien claro y no cambia.