Santa Teresa Benedicta de la Cruz (sentencias #71)

En Cristo no había nada que se opusiera al amor. Vivió cada instante de su existencia en un abandono sin reservas al amor divino. Haciéndose hombre, tomó sobre sí el yugo del pecado humano, lo abrazó con su amor misericordioso y lo escondió en su alma. Con el "Ecce venio" inició su vida terrena y renovó después de modo expreso esta misión suya en su bautismo y en el "Fiat" de Getsemaní.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.