Es menester vencer todas las dificultades que halles para la oración frecuente, no ya sólo de la mañana, sino esa otra no interrumpida ni por los deberes del cargo, que has de saber convertir en oración, ni por el descanso necesario, en que has de tener tu corazón íntimamente unido al de Jesús.
padre Manuel García Nieto S.J.