Padre Nieto (sentencias #183)

Meditemos estos días de Navidad larga y profundamente en este gran misterio de amor divino de nuestro Padre Dios, que tanto nos ama. Prediquemos este amor con una vida santa, o sea, llena de ese amor de Dios, y con una doctrina que claramente haga ver a los hombres que su felicidad no está donde la buscan, sino en llenar sus corazones de amor a su Padre del cielo.

padre Manuel García Nieto S.J.