Cuando surja el deseo de ser queridas, refugiarse en la soledad de Jesús en la Eucaristía... ¿Quién se acuerda de Él? Y sin embargo, allí permanece, para ser nuestro alimento, nuestro modelo, nuestro compañero y nuestro todo.
Madre María Josefa del Corazón de Jesús, carmelita descalza
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