La Cruz y el Señor son inseparables, como inseparable es el Calvario del triunfo.
Para subir al Cielo hay que transitar el camino de la Cruz. Si seguimos los pasos de Cristo, tenemos que pasar por donde Él pasó, que es la Vía Dolorosa.
Pero donde Él triunfó, nosotros también venceremos, porque Él hace suave nuestro yugo, y llevadero nuestro dolor.
Ludobian de Bizance, eremithe
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