No buscar nunca ni en nada nuestra propia satisfacción, sino contentar al Señor cumpliendo su voluntad.
Estar en un convento o en un monasterio para dedicarnos sólo al Señor es una tarea loable; pero hacerlo por gusto nuestro y para estar cómodos para rezar, es buscarnos a nosotros mismos, no agradar a Dios, aunque en apariencia nos puedan parecer fines similares.
Ludobian de Bizance, eremithe
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