En la hora de recibir, que es de once a doce, pedía la gracia al Señor para no enfadarme; y, mientras salía uno y entraba otro, levantaba la vista y el corazón a una imagen de María Santísima, pidiéndole la gracia y auxilios necesarios, y así lo tomaba mejor, y lo ofrecía todo a Dios, y les daba algún socorro o libro espiritual, y así se iban menos desesperados.
San Antonio María Claret
No hay comentarios:
Publicar un comentario