Santa Teresa Benedicta de la Cruz (sentencias #44)

El alma de la mujer ha de ser amplia y abierta a toda la Humanidad. Ha de estar llena de paz, porque las tenues llamitas se apagarían en la tempestad. Ha de ser calurosa, para no congelar los brotes tiernos. Ha de ser luminosa, para que en los pliegues y ángulos oscuros no echen raíces las malas hierbas. Ha de ser reservada, porque las irrupciones desde el exterior pueden poner en peligro la vida íntima. Ha de estar vacía de sí misma, para dejar un amplio espacio en sí a la vida de los demás. En fin, ha de ser dueña de sí misma y de su cuerpo, de modo que toda su personalidad esté lista para servir ante cualquier requerimiento.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.