Padre Nieto (sentencias #83)

La santidad es más fácil de lo que nos imaginamos, porque no es obra de nuestra imaginación, sino de nuestro corazón, de donde sale todo lo bueno (y lo malo). Entrega todas las mañanas, pero de verdad, no por cumplimiento, tu corazón a Cristo, para que lo incorpore al suyo, y renueva esta entrega durante el día; y todo tu trabajo u ocupación debe ser para realizar el amor que Cristo acaba de depositar en tu corazón. Así, tu ocupación será siempre la misma: amar a Jesús, y en Él y por Él al Padre y al Espíritu Santo.

padre Manuel García Nieto S.J.