Padre Nieto (sentencias #308)

Después de exponer a tus superiores, obedece con alegría de espíritu lo que manden, aunque sea menos conforme o contrario a lo que opinas, porque obediencia es sujeción a la voluntad de otra persona por Dios. La obediencia lleva consigo el aniquilamiento de la propia voluntad, sacrificio más precioso que todos los sacrificios, porque ofrecemos lo mejor que hay en el mundo; sacrificio muchas veces doloroso y heroico.

padre Manuel García Nieto S.J.



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