Padre Nieto (sentencias #322)

Si deseas de veras ser santo, tienes que ser una copia de Cristo crucificado. Por lo tanto, debes querer y amar más las humillaciones que los triunfos, aún entre los tuyos; más el Viernes Santo que el Domingo de Ramos, aquel vino después de éste, y los mismos que aplaudieron, pidieron la muerte, le humillaron. Jesús, cuando le quieren aclamar rey después del gran milagro de los panes, se retira al monte a orar (Mt. 14, 23; Jn. 6, 15), porque con los aplausos de los hombres no se salva al mundo; y cuando le humillan, escupiéndole y abofeteándole, se queda, porque con sus humillaciones nos salva. Aprende: cuando te alaben, vete al Sagrario a orar, porque con los aplausos no te haces santo, aunque vengan de los tuyos; y cuando te humillen, alégrate en espíritu, porque es el camino más corto y seguro para la santidad. Nunca como entonces tienes más cerca al Señor: "Iuxta sum hijs qui tribulat sunt corde, [et humiles spiritu salvabo]" ("cerca estoy de los que tienen roto el corazón, y salvaré a los espíritus humillados") (Salmo 33, 19).

padre Manuel García Nieto S.J.



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