Ludobian de Bizance (sentencias #60)

Hay una ley, que es la de tus deseos y apetencias, y hay otra ley, que es la de tu voluntad y tus divinos anhelos. La primera ley se hace más evidente y acaba siendo todo lo que sientes, e incluso solapa y debilita a la ley divina que está escrita en tu interior; y cuanto más uno se deje llevar por las inclinaciones de la carne, menos es capaz de escuchar y discernir esa ley divina, y menos resistencia opone a las inclinaciones y apetencias de sus instintos puramente carnales y mundanos.

Sólo la oración y pedir la gracia y el auxilio del Señor nos puede ayudar a ver la luz.

Ludobian de Bizance, eremithe



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