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San Antonio María Claret (propósito #48)

Al último tercio de octubre de este año, 1863, fui al Escorial para hacer ejercicios, que duraron del día 23 de octubre hasta el 1 de noviembre inclusive, en los que hice los propósitos siguientes:

1.- Cada año haré los santos Ejercicios.
2.- Cada mes un día de retiro riguroso.
3.- Cada semana me reconciliaré (confesión).
4.- Cada semana ayunaré tres días, que serán: miércoles, viernes y sábado, y en estos mismos días por la noche me abstendré de postres.
5.- El lunes, miércoles y viernes tomaré una disciplina cada día, u otra cosa equivalente. El martes, jueves y sábado me pondré el cilicio.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #47)

Para gloria de Dios, bien de las almas y mortificación mía, propongo:

1.- Hablar siempre en italiano, o me callaré, a excepción de hablar con José (nota: se refiera al Hermano claretiano José Saladich) y la plática y si algún español viene (nota: por "plática" se entiende las conferencias que daba a algunos coristas mercedarios de la comunidad en que se hospedaba el santo).

2.- Visitar todos los días al Santísimo Sacramento.

3.- Visitar los hospitales de paisanos y de militares cada miércoles.

4.- "En todas tus obras acuérdate de tus novísimos y no pecarás" (Nota: Eclesiástico 7, 36).

En cualquier obra y hora, examina tu conciencia y, vistas tus faltas, procura la enmieda con el divino favor y, por este camino, alcanzarás la perfección (Nota: Cita a Santa Teresa de Ávila, Avisos, Tomo I, p. 591).


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #46)

Conozco que no puedo ofrecer a Dios bocado más sabroso, ni bebida más regalada, que almas arrepentidas desde el púlpito y el confesionario. Jesús me convida a mí y me da en comida su cuerpo, y su sangre en bebida, y quiere que yo le convide con almas convertidas.

Conozco que es la comida de que más gusta, como dijo a los Apóstoles.

Para los reyes de la tierra se buscan frutos exquisitos, aunque cuesten algo de alcanzar. ¿Qué no debo hacer yo para el Rey celestial?


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #45)

Llevaré el examen particular del amor de Dios.

Por amor de Dios me esmeraré en hacer bien todas las cosas y cada una en particular, con pureza de corazón y rectitud de intención.

Por amor de Dios me abstendré de hablar de mí, de mis cosas y de mis ocupaciones, según las Reglas (Nota: Se refiere a las Constituciones de la Congregación Claretiana, aprobadas por Pío IX el 22 de diciembre de 1865. La cita del santo se encuentra en el capítulo de la humildad).


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #44)

Padre mío, tomad este mi pobre corazón; comedlo, así como yo os como a Vos, para que yo me convierta todo en Vos. Con las palabras de la consagración, la substancia de pan y vino se convierte en la sustancia de vuestro cuerpo y sangre. ¡Ay, Señor omnipotente! Consagradme. Hablad sobre mí y convertidme todo en Vos.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #43)

Tengo que ser como una vela que arde, gasta la cera y luce hasta que muere. Los miembros gustan de unirse a su cabeza, el hierro al imán, y yo a Jesús deseo unirme en el Sacramento y en el cielo.

Ama más a Dios un comprensor que mil viadores, dice San Buenaventura.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #42)

Se extendió por Barcelona la fama de la habilidad que el Señor me había dado para la fabricación. De aquí es que algunos señores llamaron a mi padre y le dijeron que sería del caso que formásemos compañía y pusiésemos una fábrica a nuestra cuenta.

Mi padre me habló y me propuso las ventajas que resultarían y la fortuna que me convidaba.

San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #41)

"Nuestra conversación está en los cielos"(Filipenses 3, 20). No hablaré ni escucharé sino cosas de Dios y que lleven al cielo.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #40)

Yo lo hacía así sin saber por qué, pero con el tiempo he sabido que era por una especial gracia y bendición de dulzura, con que el Señor me había prevenido.

Cuánto conviene tratar a todos con afabilidad y agrado, aun a los más rudos, y cómo es verdad que mejor partido se saca de andar con dulzura que con aspereza y enfado.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #38)

Padre mío, tomad este mi pobre corazón; comedlo, así como yo os como a Vos, para que yo me convierta todo en Vos. Con las palabras de la consagración, la substancia de pan y vino se convierten en la sustancia de vuestro cuerpo y sangre. ¡Ay, Señor omnipotente! Consagradme. Hablad sobre mí y convertidme todo en Vos.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #37)

El examen particular será de:

1- El amor de Dios. La virtud que siempre ejercitaré y pediré será el amor de Dios y del prójimo, acordándome de lo que Santa Teresa dice (Santa Teresa de Ávila, "Moradas quintas", capítulo III, n. 7-8. El texto de la santa dice: "Acá solas estas dos cosas que nos pide el Señor: amor de Su Majestad y del prójimo; es en lo que hemos de trabajar, guardándolas con perfección hacemos su voluntad, y así estaremos unidos con Él. La más cierta señal que -a mi parecer- hay de si guardamos estas dos cosas, es guardando bien la del amor del prójimo").

2- La gracia que pediré será la devoción a María Santísima.

3- Conversaciones familiares con los enfermos en los hospitales de paisanos y soldados (el santo visitaba con recuencia los hospitales de "los Fatebenafratelli" (Hermanos de San Juan de Dios), en la isla tiberina, y de "la Consolazione").

En las calles y en donde se presente ocasión, la materia será de religión, de los Sacramentos, del Santísimo Rosario, etc. A todos según se presente la oportunidad, pero singularmente a los niños y niñas, a los soldados... (para este apostolado se servía el santo de unas páginas autógrafas, escritas en italiano, con las preguntas fundamentales de la doctrina cristiana). Dándoles una medalla, estampita, etc.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #34)

Al vestirme por la mañana pensaré en la obra de la Encarnación, en la cual el Señor se vistió de nuestra naturaleza, y le daré gracias por ello.


San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #33)

Pensaré que todas las cosas que suceden, todas vienen ordenadas por Dios, quien me dice:

- Yo quiero, hijo mío, que ahora hagas esto o sufras aquello(1).


San Antonio María Claret

(1) Alonso Rodríguez, "Ejercicio de perfección y virtudes cristianas", Librería Religiosa, Barcelona 1861, tomo I, p. 380.





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San Antonio María Claret (propósito #32)

Día 27 de agosto de 1867. He conocido que soy como una viga vieja y sin pulir, apuntalada a la pared del palacio de Su Majestad para que no se caiga. y así no pediré salir ni quedar, sino que diré:

- Hágase en mí la voluntad de Dios.

Estaré en una santa indiferencia, dispuesto siempre a lo que Dios disponga de mí.

"Tú, hijo mío, conoce el valor de la santa cruz y la honra que por ella recibieron las ignominias y tribulaciones abrazadas"(1).

El amor es más fuerte que la muerte(2).


San Antonio María Claret

(1): María de Jesús de Ágreda, "Mística ciudad de Dios", 1860, tomo V, p. 169.
(2): Cantar de los Cantares 8, 6.





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San Antonio María Claret (propósito #31)

Este recogimiento en el corazón lo enseñó Jesucristo a Santa Catalina de Siena ("Vida portentosa de la seráfica y cándida virgen Santa Catalina de Sena", Gerona, pp. 68-69, y "Vida de Santa Catalina de Sena", por el Beato Raimundo de Capua, disponible en el Oratorio Carmelitano gratuitamente).

María Santísima también se lo enseñó a Sor María de Ágreda ("Mística ciudad de Dios", Barcelona, 1860, vol. VI, p. 41).

Santa Teresa de Jesús lo enseñaba a sus monjas ("Santa Teresa de Ávila: Camino de perfección", capítulo 28).

La Beata Margarita de Alacoque lo enseñaba a las novicias.

San Antonio María Claret



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San Antonio María Claret (propósito #29)

Antes de comer diré:
- Señor, me alimento para tener fuerzas y para serviros mejor.

Antes de estudiar diré:
- Señor, estudio para conoceros más, amaros y serviros, y para ayudar a mis prójimos.

Antes de acostarme diré:
- Señor, lo hago para reparar las fuerzas gastadas y serviros mejor. Lo hago porque Vos, Señor y Padre mío, lo habéis ordenado así.


San Antonio María Claret



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