1- El amor de Dios. La virtud que siempre ejercitaré y pediré será el amor de Dios y del prójimo, acordándome de lo que Santa Teresa dice (Santa Teresa de Ávila, "Moradas quintas", capítulo III, n. 7-8. El texto de la santa dice: "Acá solas estas dos cosas que nos pide el Señor: amor de Su Majestad y del prójimo; es en lo que hemos de trabajar, guardándolas con perfección hacemos su voluntad, y así estaremos unidos con Él. La más cierta señal que -a mi parecer- hay de si guardamos estas dos cosas, es guardando bien la del amor del prójimo").
2- La gracia que pediré será la devoción a María Santísima.
3- Conversaciones familiares con los enfermos en los hospitales de paisanos y soldados (el santo visitaba con recuencia los hospitales de "los Fatebenafratelli" (Hermanos de San Juan de Dios), en la isla tiberina, y de "la Consolazione").
En las calles y en donde se presente ocasión, la materia será de religión, de los Sacramentos, del Santísimo Rosario, etc. A todos según se presente la oportunidad, pero singularmente a los niños y niñas, a los soldados... (para este apostolado se servía el santo de unas páginas autógrafas, escritas en italiano, con las preguntas fundamentales de la doctrina cristiana). Dándoles una medalla, estampita, etc.
San Antonio María Claret
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