Cabalmente yo nunca me había opuesto a los designios de mi padre. Esta fue la primera vez que yo no hice su voluntad, y fue porque la voluntad de Dios quería de mí otra cosa: me quería eclesiástico y no fabricante, aunque yo en este tiempo no lo conocía ni pensaba en ello.
San Antonio María Claret
No hay comentarios:
Publicar un comentario