Dios me había dado tanta inteligencia en esto, que no tenía más que analizar una muestra cualquiera y al instante trazaba el telar con su aparato, dando el mismísimo resultado y aún, si el dueño quería, se hacían mejores.
En un principio algo me costaba. Pero, con la aplicación de día y noche, y de día de trabajo y de día de fiesta -en lo que era permitido, como estudiar, escribir y dibujar- salí aprovechado.
San Antonio María Claret
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