Padre Nieto (sentencias #31)

(A su hermano Ramón al jubilarse): Ya sé que dejas tu parroquia. Creo te costará habituado a tu vida apostólica; pero ya debemos con alegría pensar más en el cielo que en la tierra; allí nos esperan todos los nuestros, y sobre todo nuestro Padre celestial. Avisémonos mutuamente cuando el señor nos avise que se acerca la hora de ir a El, lo cual no debe entristecernos, sino llenarnos de gozo, esperando el perdón de nuestras miserias de su infinita bondad y misericordia, y aquel abrazo eterno lleno de gozo.

padre Manuel García Nieto S.J.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (sentencias #43)

Todo lo que necesitamos para ser acogidos en la comunión de las almas santas está contenido en las siete peticiones del Padre Nuestro, que el Señor no ha dicho para él, sino para enseñarnos a nosotros.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.

San Felipe Neri (sentencias #91)

No es bueno cargarse con muchas prácticas devotas, hay que elegir pocas, mas las que se eligiesen, no omitirlas, porque si el demonio consigue que se deje un ejercicio tan sólo una vez, fácilmente logrará que se dejen los demás.

San Felipe Neri

Padre Nieto (sentencias #30)

Serás santo si te arrancas de los apegos humanos, y más aún de ti mismo, para darte todo a Jesús.

padre Manuel García Nieto S.J.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (sentencias #43)

Los Ángeles no se interponen entre nosotros y Dios... Dios no es una especie de majestad lejana que se comunique con nosotros por medio de mensajeros. Es cercanía íntima y amor desbordante. La misión de los ángeles, como en cierto modo lo es ya la nuestra, consiste en colaborar en la distribución de las gracias divinas.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.

San Felipe Neri (sentencias #90)

La mejor oración que se puede hacer, según San Felipe Neri: "Como Tú sabes y quieres, así haz de mí, ¡oh, Señor!".

San Felipe Neri

Padre Nieto (sentencias #29)

Insiste mucho en la humildad, sobre todo a los que tengan más cualidades, por las que tienen una deuda mayor con Dios que los que han recibido menos; y a éstos insiste en que estén contentos con haber recibido menos. ¡Qué pocas almas humildes encuentra el Señor! Somos muy soberbios, porque miramos poco a Dios, ante quien tenemos que reconocer nuestra nada y su generosidad en darnos todo lo que tenemos; miramos mucho a nosotros y nos creemos más que los demás. Plantada bien esta virtud en el alma, insiste en las virtudes teologales.

padre Manuel García Nieto S.J.